* México reforzará y expandirá la integración comercial con Norteamérica con la entrada en vigor del T-MEC y debe aprovechar la correcta implementación del tratado para la recuperación económica post-Covid-19
Los mexicanos debemos congratularnos por la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio México, Estados Unidos, Canadá (T-MEC) este miércoles 1º de julio, por distintas razones que para el país serán de vital importancia, sobre todo mirando al futuro inmediato tras los efectos devastadores para la economía, que ya ha dejado la crisis generada por la pandemia Covid-19.
Para la International Chamber of Commerce México (ICC México) es muy importante que nuestro actual gobierno haya negociado y aceptado el tratado, lo que se traduce en una apuesta al libre comercio como una forma de generar prosperidad, para alcanzar mayores niveles de bienestar económico y social en beneficio de la población, como ha ocurrido en diferentes zonas del mundo.
Se logró generar un tratado de nueva generación con disciplinas como el capítulo anticorrupción y de economía digital, y profundiza las existentes en temas como el laboral y medio ambiente, además de generar reglas de origen más estrictas para propiciar una mayor integración. Es una excelente señal. Vamos por mercados más libres y justos, y un crecimiento económico sólido en la región.
Podemos decir desde la ICC México que, más que un mayor comercio, será un mejor comercio. Será un comercio más sustentable por las reglas ambientales, un comercio con mejores estándares laborales y donde se vigilen actos de gobierno sobre la corrupción —esta administración en México ha puesto gran énfasis en ello.
De aquí en adelante, lo más importante será cumplir las reglas. Tampoco debe intimidarnos porque ya tuvimos el TLCAN y las cumplimos. Entonces el reto más importante para México es cumplir las reglas del tratado, aprovecharse de las oportunidades que nos da y potenciar ese comercio que ya existía.
Uno de los principales retos será el cumplimiento del estado de Derecho porque, así como Estados Unidos ya no podrá imponer aranceles de forma unilateral, México también deberá cumplir los acuerdos. Si se afecta alguna industria, habrá disputas y hay medios para resolverlas.
La firma y entrada en vigor del T-MEC, además empuja una serie de modificaciones a la legislación que es necesario para poner al corriente a México, las cuales se discutirán a partir de hoy y mañana en el Senado de la República y, posteriormente en la Cámara de Diputados, en este periodo extraordinario recién convocado el día de ayer, además de otras leyes que seguramente se irán reformando para adecuar el marco jurídico al contenido del tratado. Confiamos en el compromiso de nuestros legisladores para completar esta relevante tarea.
Por ejemplo, antes de la firma del TLCAN no existía la economía digital como la conocemos, la cual es una de las adiciones esenciales al T-MEC. Muchas de las plataformas digitales que hoy permiten la existencia de marketplaces, el acceso a la información y la generación de nuevos modelos de negocios, no habían nacido aún en 1994. Hoy, con la modernización de las leyes mexicanas podremos estar seguros que habrá mayores posibilidades de atraer inversiones de capital en startups porque éstas buscan países donde se hayan implementado medidas que otorguen certeza jurídica (puertos seguros) y fuertes protecciones de responsabilidad de intermediarios, como los previstos en el T-MEC.
Promover el desarrollo continuo del ecosistema de Internet ayudará para preservar el crecimiento dinámico del comercio electrónico y la economía digital en general, además de impulsar otros temas como el crecimiento de los medios de comunicación, la libertad de expresión en línea, así como el acceso a la información.
En plena era digital y la expansión del internet como habilitador, es indispensable introducir en la política pública de crecimiento y bienestar, los elementos detonadores de la economía digital. La relevancia de Internet y la ubicuidad de este en la vida socio económica del país es clave para entender el avance que tendrá nuestra nación. Así, México no tiene tiempo que perder para activar el mercado norteamericano, donde las Pymes van a poder crecer más rápido con un marco jurídico que les brinde certeza jurídica.
Asimismo, nunca como ahora queda claro que no hay mejor inversión que la que se hace en investigación y desarrollo enfocado a nuevas tecnologías, IA, y generación de habilidades digitales.
Entre los capítulos adicionados está el de las pequeñas y medianas empresas, incluidas las micro empresas (PYMES), que contribuyen al crecimiento económico, la generación de más del 80% del empleo y gracias a las modernas disposiciones del tratado, promoverán, el desarrollo sustentable, la participación juvenil y la innovación.
De igual forma, una adición al T-MEC es el Capítulo 27 referente a los temas anticorrupción, que consiste en generar medidas para prevenir y combatir actos de corrupción respecto a cualquier asunto comprendido en el Tratado. Se reconoce la necesidad de desarrollar la integridad dentro de los sectores público y privado y que cada sector tiene responsabilidades complementarias al respecto.
En el caso del comercio y su paso por las aduanas, uno de los puntos más relevantes fue la modernización, donde se promueve el uso de la tecnología y se desplazan los antiguos certificados físicos, cuyo llenado será dentro de la factura, con datos mínimos, y no podrán ser rechazados por errores mínimos como, por ejemplo, errores mínimos en la declaración.
Los acuerdos sobre propiedad intelectual en el T-MEC también ayudarán a poner al día las leyes mexicanas, porque si bien en otros tratados había estas reglas, contiene disposiciones novedosas que han probado ser detonadores de la inversión y crecimiento económico y que ahora se plasmarán en las normas nacionales, y son buena noticia para los titulares de derechos de propiedad intelectual, para los generadores de innovación y signos distintivos u obras que pueden ser protegidas por derechos de autor, así como para las plataformas digitales como intermediarios y la sociedad en general para preservar la libertad de expresión y el derecho a la información. En el campo de las patentes y las marcas, hubo sin duda un avance.
El T-MEC incorpora también un Capítulo sobre Telecomunicaciones que proporciona un marco regulatorio para promover la competencia entre los diversos operadores del mercado y crear las condiciones necesarias para facilitar el despliegue, acceso y uso de las redes, generando certeza jurídica para los agentes económicos.
Por último, y como piedra angular para la resolución de conflictos derivados de la interpretación del tratado, se introdujeron requerimientos que permitirán, entre otras cuestiones, que los árbitros se excusen de participar en una controversia si ya forman parte de otra en el caso de empresas y/o personas físicas en contra del Estado, para evitar conflictos de interés
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