Apenas este domingo lo vimos torear, en Texcoco.
Toreo con cierta prisa.
Siempre se sintió torero y eso transmitía.
Fue él quien puso alegría a un festejo dónde sucedía poco.
Hoy ha puesto la nota triste, desgarradora, por decisión propia se ha mudado al barrio que está más allá de las estrellas.
Dios te reciba niño torero, solo él y tú saben que llevas en la espuerta, aquí dejas tristeza, un torero no debe morir así.
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